Renio Metálico, Posible futuro?
El renio metálico se aprovecha en forma de polvo para compactarlo y darle finalmente diferentes usos, por ejemplo láminas, barras, alambres, hojas delgadas, tubos, etc. La obtención de estos productos, es lenta y difícil porque a temperaturas superiores a 350 °C se forma óxido de renio Re2O7 y por esta razón debe trabajarse en frío.
Se pueden obtener productos de alta pureza (sobre 99,98 5).
Las principales aleaciones se obtienen con dos o más de los metales siguientes: platino, molibdeno, tungsteno, cromo, fierro, níquel, cobalto y tantalio.
En estas aleaciones, el renio mejora las propiedades mecánicas y de plasticidad. Además, le confiere propiedades anticorrosivas. La adición necesaria de renio en estos tipos de aleaciones, varía entre dos a cinco por ciento.
Recordemos que el renio fue descubierto en 1925 y podríamos decir que en la actualidad se encuentra en una etapa de gran evolución en sus aplicaciones, de tal manera que su uso para investigación es un ítem importante en el consumo de este metal. Se investigan nuevos usos como por ejemplo, catalizador y nuevas aleaciones para aprovechar sus excelentes propiedades como metal refractario, fácil de trabajar como asimismo lo fácil que puede cambiar de valencia química para obtener nuevos productos.
La adición de renio (25%) en aleaciones de tungsteno o molibdeno aumenta en forma considerable la ductibilidad de estas aleaciones y permite la fabricación de finísimos filamentos usados en el campo electrónico: lámparas, válvulas termoiónicas, rectificadores en equipos de alta frecuencia, etc.
En aleaciones con níquel, platino y tungsteno transfiere muy buenas propiedades empleadas en la fabricación de piezas expuestas a trabajos mecánicos continuados.
Se aprovecha también la propiedad de absorción de neutrones a alta temperatura para fabricar biombos o pantallas de protección de radiaciones.
Recubrimiento de metales.
El recubrimiento de metales con una fina capa de renio se hace con el objeto de reducir la corrosión y el desgaste producido por el uso continuado de una pieza de máquina.
Este recubrimiento se puede hacer en fase vapor, empleando un compuesto como el tricloruro de renio que es fácilmente volatilizable. También se puede realizar por electro-deposición.
El recubrimiento con este metal, es muy usado en las piezas para contactos eléctricos, donde se cumplen las dos propiedades mencionadas anteriormente: ayuda a la resistencia mecánica y a la resistencia a la corrosión. En este campo reemplaza al tungsteno y a la aleación platino-rutenio, usados en contactos eléctricos.
También se usa en magnetos marinos, donde se necesita un material resistente a la gran corrosión que provoca el agua salada. Ultimamente, se tiene conocimiento que Rusia lo emplea como protección o escudo para detener la radiación nuclear